‘Adiós a las Farc’ – Xiomara Ortega Camargo, Est. de Derecho

Claudia López, alcaldesa de Bogotá D.C., no es ajena a las implicaciones históricas, políticas y sociales del conflicto armado.

Así lo hizo saber en su libro ‘¡Adiós a las FARC! ¿Y ahora qué?’ el cual, entre otros objetivos, evidenció posibles causas que incidieron en la formación de grupos armados ilegales en las zonas más abandonadas y olvidadas por la ‘institucionalidad centralista colombiana’.

Solo por mencionar: la falta de representación política, el excesivo centralismo, la escasa y rudimentaria infraestructura, la inexistencia de institucionalidad, las brechas entre regiones, el abandono del sector agrario y su economía fueron elementos pilares de la lucha subversiva y el conflicto entre grupos armados al margen de la ley y el aparato estatal.

Puesto en evidencia el anterior mapa desalentador, también es de reconocer los esfuerzos de los gobiernos centrales para construir políticas y procesos de paz, incluso en el más reciente adelantado con las Farc (2016).

Verbigracia: la descentralización municipal, la ampliación en la participación, la democratización para el acceso al poder público y la apertura económica. Con todo lo anterior, no es de extrañar que ‘Colombia sea el único país del mundo que ha hecho nueve procesos de paz, desmovilización y posconflicto en los últimos treinta años’.

Es claro, la paz tiene que ir más allá del simple desarme y desmovilización de actores ilegales. Implica la rehabilitación de la legitimidad estatal, la recuperación de la seguridad, la justicia y la función tributaria de manos paraestatales; atributos sine qua non el Estado sería una ficción vacua, desprovista de propósito y sentido.