#Boyacensiando ¿Cómo es Motavita en fiestas?

Motavita, o por su nombre completo, Santa Cruz de Motavita, fue el destino elegido para boyacensiar por primera vez en este 2020.

Este municipio boyacense fue instituido como parroquia en 1776, y el 23 de diciembre de 1816, según los registros históricos, fue declarado municipio.

Durante muchos años este lugar fue epicentro de peregrinación por las reconocidas misas de sanación que oficia el Padre Álvaro de Jesús Puerta, quien en los últimos años las lleva a cabo en el municipio de Soracá.

Motavita es frío, pequeño pero acogedor, con un paisaje sin igual, pues desde el parque la vista de la montaña está a la altura del filo justo al frente. Se llega desde Tunja por la vía que conduce a Santander, y está a sólo cinco minutos en carro particular.

El día que elegimos para ir, era el último de los tres días de fiestas patronales, en honor a la Virgen de las Aguas, a quien rinden homenaje y caminatas pidiendo intercesión para que llueva. Hasta el mediodía, y mientras ofician la misa principal, el pueblo permanece en silencio, y muchos habitantes asisten a la Eucaristía desde el atrio, pues la iglesia es bastante pequeña.

Las actividades transcurren en simultáneo: Hay danzas, espectáculo de juegos tradicionales, música campesina en vivo, concurso de hilanderas, hay para todos los gustos. Lo más interesante es que el frío no espanta a nadie, y al contrario, se convierte en aliciente para bailar y tomarse uno que otro “guarapito”, disfrutando, cada quien, a su manera, de este motivo de integración para todos y todas en el municipio.