El pasado viernes murió el creador, emblema y voz del afamado grupo conocido en el mundo como los Chalchaleros.
Por: Ricardo Bautista Pamplona
Director General Boyacá 7 días.
Así es, se fue uno de los más populares del canto Argentino a los 89 años de edad luego de haberse constituido en ícono mítico de la cultura gaucha y el folclore nacional y creador de una de las agrupaciones más recordadas en Suramérica.
La prensa Argentina dice que el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz anunció a la opinión mundial la desaparición del juglar, señalando que: “Se nos fue un grande, Juan Carlos Saravia, tu voz y tu música quedarán grabadas para siempre en nuestros corazones”.
El maestro Carlos Saravia nació en Salta, el 14 de mayo de 1930 y como voz e instrumento líder de los Chalchaleros, recorrió los escenarios del mundo llevando las canciones que hoy son verdaderos himnos del recuerdo como Mama vieja, Yo vendo unos ojos negros, Los ejes de mi carreta y tantas otras que marcaron una época dorada para la música del sur.

Uno de los boletines de la prensa argentina señala que “la historia de los Chalchaleros inicio en la primavera de 1947 cuando dos dúos se presentaron en Salta en un mismo recinto, uno conformado por Víctor José Zambrano «Cocho» y Carlos Franco Sosa «Pelusa», y el otro lo integraban Aldo Saravia «El Chivo» y su primo Juan Carlos Saravia «El Gordo». Tras la actuación, decidieron juntarse y formar un cuarteto.
Destaca también el reportaje que “después de meses de ensayos, el debut se produjo el 16 de junio de 1948, en el Teatro Alberdi, de Salta. El primer tema cantado en público fue «Zamba del grillo», uno de los que serían emblemáticos”.
Juan Carlos Saravia fue desde el comienzo el líder de los Chalchaleros y de su mano muy pronto este formato llegó a tener el reconocimiento mundial que diera paso además a otras agrupaciones del mismo género como Los Visconti entre otros.
De su mano los Chalchaleros comenzaron a recorrer una senda de éxitos y giras que llevaron el folclore argentino por todo el mundo, porque impusieron un formato musical de tres guitarras y un bombo, que los identificaría, al igual que a otros grandes conjuntos del folclore.
Durante los primeros días del mes de enero se realiza en la ciudad de Cosquín uno de los más importantes festivales en el coliseo Atahualpa Yupanqui, más conocido como el encuentro de las nueve lunas y allí los Chalchaleros fueron, durante muchos años, la agrupación insigne de este evento y el máximo referente para los niños y jóvenes que iniciaban a destacarse en la interpretación de los aires tradicionales del cancionero sureño.
Son muchos los músicos y generaciones que han pasado por esta agrupación quienes han hecho el relevo generacional ante la desaparición de algunos de los músicos fundadores, demostrando que los Chalchaleros ya no era una agrupación, sino toda una institución en donde se han resguardado las verdaderas raíces de la música y el folclore centauro.
Recordemos hoy a grandes intérpretes como: Aldo Saravia que murió en Santa Cruz en el año de 1961 a causa de un accidente; José Antonio Saravia Toledo, Ricardo Dávalos, Eduardo “Polo” Román, y a otro muy querido, el carismático “Pancho” Figueroa otra de las voces líder quien el año anterior visito nuestro país tras la invitación que le hiciera la Fundación Pro Música Nacional de Ginebra Funmùsica, como el artista principal del concierto internacional que se realiza durante el afamado Festival Mono Núñez en el coliseo Gerardo Arellano Becerra.
Una grata y recordada anécdota de esa presentación fue cuando en el escenario estaba “Pancho” Figueroa y repentinamente se suspendió el fluido eléctrico y “Pancho” dijo “Bueno antes cantábamos a viva voz cuando no habían sistemas de amplificación, entonces vamos a seguir cantando porque a eso fue que vinimos”. El público enloqueció y alumbraban el escenario con las linternas de sus celulares convirtiendo el momento en una magia de inolvidable nostalgia.
Con Carlos Saravia y Pancho Figueroa, llegaron las tradicionales zambas como “La nochera” o “La zamba del Chalchalero” y en corto tiempo los Chalchaleros alcanzaron, no solo la popularidad y aceptación entre sus seguidores, sino que lograron permear importantes escenarios en países como Italia, Estados Unidos, Francia y España entre muchos otros.
Fue muy nutrida la producción discográfica de los Chalchaleros que de la mano de Carlos Saravia llegó a tener más de 100 publicaciones sonoras propagadas por el mundo entero y publicadas en miles de estaciones radiales convirtiéndose siempre en las número uno en las preferencias de los oyentes.
Luego fueron las salas de cine las que llenaron sus aforos con películas protagonizadas por Carlos Saravia de las que se recuerdan “Mire que lindo es mi país” y “Argentinísima”.
Tras su partida, a Carlos Saravia se le empieza a recordar también por haber sido uno de los grandes defensores de sus colegas los artistas, a quienes representó en diferentes asociaciones que fueron impulsadas y creadas por él para proteger las obras de los máximos promotores del folclore argentino.
El juglar Atahualpa Yupanqui no solo fue uno de sus más férreos admiradores, sino que acompañó por mucho tiempo la carrera de Carlos Saravina y los Chalchaleros y entregó a ellos varias de sus bellas creaciones que hoy hacen parte de la memoria musical del mundo como Criollita Santiagueña, La Colorada, El Arbol y Nostalgias Tucumanas, todas ellas recopiladas en un larga duración al que llamaron «Los Chalchaleros Interpretan a Atahualpa Yupanqui».
Se fue un grande, un creador y arquitecto de versos, una voz recia que dejaba su eco perdurando en los rincones de los grandes escenarios, un osado intérprete para quien el público fue siempre su máxima inspiración y el folclore argentino su causa, su pasión y su rebeldía.