Como ocurre cada 6 de enero desde 1966, la Plaza de Los Libertadores se volvió a convertir en el escenario al que llegan miles de feligreses de diferentes partes del país para encomendarse o en acción de gracias al Divino Niño.
Aunque la fiesta al patrono espiritual de los duitamenses lleva más de un siglo y la hermandad que organiza la celebración cumplió 71 años, fue hasta 1967 con la llegada de monseñor Luis Antonio Corredor que la fiesta comenzó a adquirir el nivel de solemnidad que hoy la caracteriza.
De acuerdo con el Archivo General de la Nación, la imagen del Niño Jesús seguramente fue donada por la Corona española: «al erigirse la parroquia de Duitama, el señor Arzobispo de la Nueva Granada hacia 1603 designó al Divino Niño como patrono de esta población, convirtiendo a esta localidad boyacense en el primer lugar en Colombia en el que se le veneró», se puede leer en un documento guardado allí.
Lo cierto es que ‘la joya’ de la catedral de Duitama cada año es acondicionada para la ocasión por la misma hermandad que está conformada por 110 personas entre adultos, jóvenes y hasta niños, quienes la ponen a estrenar desde ajuar en adelante.
La eucaristía, la más importante que se celebra en la llamada ‘Ciudad cívica’, es concelebrada por varios sacerdotes que acompañan al obispo, en este caso a monseñor Misael Vacca Ramírez durante cerca de una hora y media frente a la plaza llena.
Y dese luego que otro de los rituales que no puede faltar es la procesión que recorre varias de las calles céntricas de la ciudad con la imagen y varios estandartes acompañados por una multitud que conforma una calle de honor.
Sin interesar el día en que caiga, la fiesta se celebra el 6 de enero a las 9:00 de la mañana organizada por la hermandad y la catedral. A la par la alcaldía desarrolla una programación cultural y festiva, solo que en esta oportunidad esta se extenderá durante toda la semana y terminará el 12 de enero.