Año Nuevo…

Se va el 2019 en un país donde todo parece una parodia y un incesante día de inocentes. Si bien hay a quienes atribuir mayores responsabilidades, culpable somos todos porque hemos tenido la posibilidad de cambiar nuestros rumbos y democráticamente tomar decisiones; pero además culpables porque nos falta tomar conciencia de lo que somos desde nuestra idiosincrasia y cultura y en consecuencia emprender los cambios necesarios para construir una mejor e incluyente sociedad.

Termina este año con incremento del salario mínimo para el 2020 en un 6% ($49.687), con líderes sociales (y/o sus familias) asesinados en la puerta de sus casas, con delincuencia desbordada que asesina una pareja en su luna de miel, con jornadas de protestas en contra del Gobierno desde el 21 de noviembre.

Se despide el año del Bicentenario con casos alarmantes (en cuanto a cifras y en cuanto a modus operandi) de delitos sexuales contra menores y de violencia de género que llegaron a desatar feminicidios, con más de medio centenar de investigaciones por casos de pederastia al interior de la Iglesia católica pero con gran indignación por una película que en Netflix muestra solo de manera artística y satírica lo que habría podido ser la primera tentación de Cristo.

Que este 2020 que ya nos llega nos permita abrir las fronteras de nuestra capacidad reflexiva, entender y aceptar las diferencias, caminar por los senderos de la tolerancia y el respeto, tomar acciones por la defensa de los derechos de los animales y por la protección del medio ambiente.

Que sean 365 días en los que prevalezca la paz y el amor verdaderos para todos nosotros y todos nuestros prójimos sintientes. ¡Feliz año!