¡Inaugurando obras inconclusas!

¿Invitaría a sus familiares y amigos a la inauguración de su casa de tres pisos, pero de la que apenas acaba de comprar el lote, tiene ‘palabriados’ los planos y para la que cuenta ya con una ‘supercarretillada’ de ladrillo, otra de arena y dos bultos de cemento?

Parece absurdo, pero eso es lo que está haciendo hoy la mayoría de los alcaldes en nuestro departamento. Siguiendo el ejemplo de Carlos Amaya, desde antes de que arrancara la campaña política: inaugurando absolutamente todo, incluido lo que no ha empezado.

Como si se tratara de una epidemia colectiva y hasta esquizofrénica, le están cortando la cinta hasta a la firma de un contrato, inauguran la demarcación de una vía, llevan ‘papayera’ para entregar una licuadora e invitan a personalidades para la entrega de un baño, lo importante es salir en Twitter o Facebook.

Es vergonzoso lo que se ha venido presentando. Sí, vergonzoso, y no porque ellos nos estén tratando de embaucar, lo absurdo es que lo hacen en medio de los aplausos y los vivas del pueblo; eso sí, como reyes en las redes sociales.

Así finaliza un cuatrienio de gobierno que, en general, pasa con más penas que glorias y en el que los alcaldes que realmente tienen qué mostrar, casi que se pueden contar en los dedos de las manos.

Ojalá los electos, que por estos días se están posesionando, no nos vayan a salir en cuatro años con un chorro de babas similar. ¡Más resultados y menos pantalla!

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