Nuestro hermoso departamento de Boyacá y Tunja, su capital, reúne todos los atractivos para el turismo tanto nacional como del exterior, razón para que se le preste la mayor atención posible.
En lo que hace a Tunja, no tiene nada que envidiarle a ciudades como Santa Marta o Popayán, pues contamos con verdaderas maravillas, testimonio auténtico de la época colonial.
Además ciudad en cuyos archivos y documentos de diverso orden se demuestra su trascendental importancia de nuestra historia nacional, pues en un momento, llegó a ser más importante que Santa Fe de Bogotá. Por algo Felipe II (1575) le dio el título de ‘muy noble y muy leal ciudad de Tunja’ y Bolívar la llamó ‘cuna y taller de la libertad’.
Para no detenerme por el momento en esa floreciente y progresista ciudad, hoy cuna de la cultura y sede de magníficas universidades y planteles educativos, transcribo lo que expresa el historiador Alberto Corradine refiriéndose a sus casonas del siglo XVI; “quizás la única ciudad de Colombia que puede presentar varios ejemplos importantes de este siglo es Tunja y, gracias al acucioso investigador Ulises Rojas, es posible datar varias de ellas.
A la primera quizás del fundador, le siguen sin establecer orden cronológico, la de Don Juan de Castellanos, la de los Ruiz Mancipe, la de Bernardino Mujica y Guevara, la de Don Juan de Vargas, la del Farol la de los Holguín, etc”.
Además de estas y otras bellísimas casonas se encuentra su arquitectura religiosa y lo que guardan sus iglesias y conventos, que es admirable no sólo por la riqueza de sus materiales sino por su expresión artística.