Esta semana se conoció un informe de Anato que se señala que Tunja tuvo un gran incremento de visitantes del 31% de turistas extranjeros entre enero y septiembre de este año, en comparación con lo ocurrido en el mismo periodo del 2018.
A Tunja, en la lista de ciudades ‘apetecidas’ por los turistas extranjeros le siguen Bogotá, Cartagena, Medellín y Cali.
Aunque no podemos ser ilusos, la información de Anato sirve para hacer algunas reflexiones sobre la ciudad que muchos amamos: En ningún caso nos podemos comparar con Cartagena, Bogotá o Medellín, pues solo a la capital antioqueña arriban al año casi un millón de turistas extranjeros y casi cuatro millones de nacionales, certificados por acceso a sus aeropuertos.
Los ‘calentanos’ de Santander, que pasan hacia Bogotá por la terminal de Tunja en los buses y que no quieren bajarse ni a tomar tinto, deben estar intrigados con el informe.
El análisis de ANATO sobre lo que está ocurriendo en Tunja subraya que esta ciudad ha venido trabajando en la conservación de sus edificios monumentales para no perder la identidad y el alma.
La restauración de la Plaza de Bolívar y del Teatro Suárez, así como la intervención de vías peatonales y de todo el casco histórico, en que trabajaron las dos últimas administraciones de Tunja, parecen ir por el camino correcto para mejorar el aspecto de nuestra ciudad.
Tenemos la Catedral Metropolitana, la Casa del Fundador, El Templo de Santo Domingo, la capilla y el museo de Santa Clara, el Pozo de Hunzahúa, la Iglesia del Topo, el Parque Pinzón, entre otros atractivos, pero hay una enorme y costosa tarea en recuperación de la arquitectura colonial, que podría ser un gran atractivo.
En el tema hotelero y de servicios casi todo está por hacerse.