¡Ahora sí todos son sus amigos!

Siempre ocurre. Todos se quieren subir al bus del triunfo, y en esta oportunidad no es la exepción: de la noche a la mañana todos resultaron siendo amigos, conocidos y hasta parientes lejanos de Ramiro Barragán Adame, el gobernador electo.

Que lo conocen desde pequeño, que era muy pilo, que por algo fue el mejor alcalde del país en dos oportunidades, que yo le conseguí 500 votos por lo menos (cuando en realidad ni él le votó), que una prima hermana de mi abuela es la esposa de un primo en tercer grado de él, que mi vecino trabajó con el papá, que yo conozco a ‘Chepito’ el hermano, que mi esposa es muy amiga de la doctora Ofelia (su mano derecha), y hasta que yo soy es parcero de Carlos Amaya…

Muy bien que muchos lo quieran rodear, pero también que todos entiendan que ‘no hay cama pa’ tanta gente’ y que lo que eligieron 396.293 boyacenses fue un gobernador.

Sí con la votación más alta en la historia de nuestro departamento, pero un gobernador de carne y hueso, no un mago que “me tiene que solucionar los problemas y los de mi familia”.

Estamos a 56 días del comienzo de la era Barragán Adame, el gobernador de los que votaron y de los que no votaron por él, al mandatario de todos los boyacenses, el que tendrá que hacer lo posible por solucionar los problemas no solo de los verdes y de los otros verdes, sino también el de rojos, de los azules, de los amarillos, de los rosados y desteñidos, el Gobernador de Boyacá.