Experta explica cómo se deben preparar psicológicamente los candidatos para la derrota.
En próximos días más de 104.208 personas que se presentaron como candidatos a gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos en el país sufrirán en carne propia algunas dificultades anímicas, psicológicas, económicas, familiares y sociales porque electoralmente se ‘quemaron’.
Suponemos que desde que se inscribieron tenían bien claro que solo tienen dos opciones. Perder o ganar en las elecciones de este domingo. Desde luego que a nadie le gusta perder en ninguna circunstancia de la vida y menos cuando está en juego el acceso al poder, la figuración política, el reconocimiento social y el beneficio económico tanto personal como para su familia.
Entonces, para ilustrarnos en este complejo tema hemos acudido a Rosa María López, reconocida psicóloga, quien nos brinda sus opiniones y reflexiones muy oportunas para sobrellevar estos difíciles momentos.
Dice la profesional Rosa María que, “cuando un candidato sufre los impactos negativos por su fracaso electoral, económico, social, familiar con el desgaste tanto físico y psicológico que le ha dejado la campaña política, la persona debe acudir a toda su capacidad para manejar en la mejor forma esta frustración y convertir esa pérdida en una buena oportunidad para dejar puertas abiertas pensando en futuras postulaciones que le permitan lograr su propósito” (resiliencia).
Agrega la psicóloga que, “sin embargo hay maneras distintas de asumir esa derrota, pues habrá candidatos que la tienen clara y persistirán en el intento y otros que, al contrario, se retirarán de la actividad política.
Lo que sí está claro es que, en ambos casos, unos y otros sufrirán estas circunstancias con mayor o menor intensidad, con momentos de tristeza, ira, enfado, llanto, búsqueda de errores cometidos, en que es inevitable un gran dolor emocional debido a la expectativa electoral que se tenía.
Luego de esta crisis vendrá la aceptación paulatina de la derrota para pasar a pensar en plan B o sea nuevos proyectos políticos, profesionales o personales, porque en conclusión la vida continúa y es posible que el camino al éxito esté en otra ruta”.
Más detalles, en la edición impresa de hoy.