(Galería) La EBSA, de público a privado, de privado a privado

El 9 de febrero de 1955, se constituyó por escritura pública la sociedad anónima Centrales Eléctricas de Tunja. De esta manera comenzó la historia de la que es hoy, una de las empresas más valoradas del país.

En un comienzo, el objetivo que se trazaron los creadores de esta empresa fue dar solución a los problemas de energía de Tunja y sus aledaños.

Cinco años más tarde, en septiembre, la razón social de la empresa cambió a Electrificadora de Boyacá S.A., y dos años después se fusionó con la Empresa de Energía Eléctrica de Chiquinquirá, la Central Termoeléctrica de Paipa y la Hidroeléctrica de Pesca.

Desde entonces, la empresa ha estado en constante evolución, aportando al departamento la modernización de subestaciones, la implementación de un Centro de Control regional desde donde se operan las subestaciones, entre muchas otras acciones.

En 1995 la empresa asumió su actual denominación: Empresa de Energía de Boyacá S.A. ESP. Ha logrado, desde entonces y hasta ahora, desarrollar un sistema energético tal, que ha contribuido, entre otras cosas, al desarrollo del sector minero, siderúrgico y cementero.

En el 2012, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, la empresa que hasta ese momento perteneció al Estado, fue vendida por $807.000 millones al fondo Brookfield, un gestor de activos global de propiedad, infraestructura, capital privado y energías renovables.

Hoy, la empresa acaba de ser vendida, una vez más, a una compañía canadiense: Northland Power Inc. El 99% del capital de la Empresa de Energía de Boyacá (Ebsa), fue adquirido por un valor de $2,66 billones.

Actualmente la EBSA atiende a más de 1,3 millones de personas en los 123 municipios del departamento de Boyacá.