Por extraño que parezca el exceso de ruido provoca graves daños a los ecosistemas y al desarrollo normal de la naturaleza, tanto en aspectos de fauna como de flora.
El 29 de agosto es considerado el día internacional contra el ruido, y las autoridades hacen esfuerzos por la toma de conciencia ambiental de parte de las comunidades. Se ha resaltado que la contaminación sonora afecta directamente el medio ambiente.
Se sabe que algunas especies de peces, aves y mamíferos abandonan sus hábitats para protegerse del ruido, pero un nuevo estudio de organizaciones ambientalistas indica que las plantas no son inmunes a los efectos de la contaminación acústica.
Según los expertos, el ruido altera la comunicación entre animales de una misma especie, aseguran que, en lugares ruidosos, algunos pájaros cantan en frecuencias más altas, o que los murciélagos encuentran dificultades para hallar presas. Las ranas no encuentran parejas para aparearse y las ballenas suben el volumen de su canto para escucharse entre ellas.
Este tipo de incidencias en las especies capaces de percibir el sonido repercute también en los ciclos de vida y reproducción de las plantas que los rodean.
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