El alcohol en vez de ideas

Un círculo vicioso se ha apoderado de las campañas políticas y cada cuatro años, para las elecciones regionales, resulta embriagando a los promeseros candidatos, que prometen cuanta cosa se les ocurre y a los promeseros electores que prometen su voto a todo el que llegue a tener contacto con él.

Se trata del alcohol en sus diferentes presentaciones, sin importar el tipo de bebida, lo importante es que el candidato debe llegar con su petaco de cerveza o su caja de aguardiente, si quiere que los posibles electores le presten atención.

Claro. No son todos, ni en todas las reuniones. Hay otros que además piden materiales de construcción, patrocinio de campeonatos deportivos, vinculación al bazar o a las fiestas de la vereda o el sector, trabajo para toda la familia y hasta nombramientos en cargos de carrera administrativa.

En medio de este ambiente se mueven las campañas de quienes buscan el favor del pueblo, de esos candidatos a los que las mayorías tratan de explotar, de sacarles el máximo provecho y hasta de ‘extorsionarlos’ a cambio del voto. Ese mismo que minutos después le prometen al otro candidato sin importar el color al que representa, sin interesar sus antecedentes, ni su hoja de vida y menos sus propuestas serias o las ideas que esté proponiendo.

Ah verdad, es que en la campaña también se necesita de ideas y propuestas, no solo de trago y promesas. Bueno recordarlo a ver si algún día esto realmente cambia.