Sebastián Ruano: el tunjano se prepara para ser presidente de Colombia

“Cuando llegué a la ONU, mis compañeros decían que su papá era congresista, que era empresario, que era de la familia tal, mientras que yo les decía que era colombiano, de Boyacá, que mi papá era un campesino de Berbeo y mi mamá docente oriunda de Santa Rosa de Viterbo”.

Aquí frente al llamado cuartel general de la ONU, donde permaneció durante nueve meses trabajando en proyectos como la Declaración de Derechos Campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales y otro para evitar la mortalidad materna.

Así resume Sebastián Ernesto Ruano Rodríguez lo que es el pan diario de todo aquel que viene de una familia pobre, del campo y que no tiene palancas, pero “sí algo que hace iguales a los seres humanos sin importar su estrato social: la inteligencia y el conocimiento”. Emprendimiento social, violencia estructural y resolución de conflictos pueden ser temas desconocidos y hasta aburridos y banales para un joven de 25 años que, por estar a la moda y hacer parte del montón, escucha reggaeton, se la pasa pegado a la televisión y los videojuegos, y que sale a rumbear con sus amigos,.

Pero para Ruano, estar a la moda sí es algo banal, mientras que esos tres temas ‘aburridos’ son su fortaleza, algo que le fluye. Sebastián reconoce que no es un joven al que le ha quedado fácil encajar en la sociedad del común, precisamente porque hace cosas diferentes a las que hacen las mayorías que tienen la misma edad que él. Estudió en Santa Rosa de Viterbo y Tunja. Se graduó bachiller del colegio Rayuela y gracias a su forma de ser convenció a un tío para que le pagara la carrera en la Universidad Externado, pero se acabó la plata y no pudo seguir.

Sin embargo, su familia se unió para ayudarle y terminó en la Santo Tomás de Bogotá donde se graduó de Gobierno y Relaciones internacionales No le gusta mucho hablar de lo que ha hecho porque dice que el mundo está plagado de una sociedad hipócrita, plástica y falsa a la que le gusta hablar de sus triunfos y ayudar a otros para tomarse la foto y luego pedir los reconocimientos.

Lo cierto es que a sus 25 años ya ha hecho parte del voluntariado de la ONU, ha trabajado en proyectos sociales en 12 países de cuatro continentes, habla español, inglés, maneja el francés y está estudiando chino. Duerme poco porque es un adicto a la lectura: lee seis libros semanales, no mira televisión, pero sí escucha algo de música y no precisamente reggaetón, también escucha noticias y lee periódicos.

No se preocupa por empleo, se preocupa por ser bueno en lo que hace y en dejar amigos a donde quiera que va. Esos mismos que lo recomiendan para dictar conferencias o liderar proyectos en diferentes países. Es el miembro por Colombia de la organización de jóvenes líderes más importantes del mundo, que es una Ong británica y lo acaban de nombrar al frente del proyecto The South America Projet Red de futuros líderes suramericanos.

Ampliación de este especial en el impreso de hoy.