Si bien es cierto la ley autoriza a los gobiernos para solicitar préstamos a los bancos y de esa manera realizar obras, una parte de la sociedad rechaza la posibilidad de endeudamiento, asegurando que el alcalde o gobernador de turno debe hacer gestión y no buscar deudas.
En lo corrido de este cuatrienio, han sido seis los concejos municipales que le dijeron no a esa posibilidad de endeudamiento, asegurando que no es la manera de ‘gestionar’. En casos recientes, como el de Motavita, a falta de seis meses para acabar el periodo, es un tiempo poco prudente para endeudar al municipio y adelantar la obra para la cual se necesitaba el dinero que solicitaban en el documento.
Hay que recordar que cuando la administración presenta un proyecto de este tipo a la Corporación, el mandatario debe sustentar la urgencia de la obra y la capacidad de endeudamiento del municipio, además de dar a conocer cómo se pagará y sustentar las razones por las cuáles el dinero no pudo ser gestionado en el orden departamental o nacional.
Según los actuales concejos municipales, las alcaldías de Arcabuco, Buenavista, Cerinza, Duitama y Motavita no cumplieron con esos requisitos. En el caso de Chiquinquirá fue el Tribunal Administrativo el que por medio de un fallo negó parte de la posibilidad de endeudamiento. El empréstito de Soatá también está demandado por vicios. La mayoría de esas deudas no respaldadas son por cifras superiores a los mil millones de pesos, que para un municipio de sexta categoría significan años de deudas y afectación a las finanzas locales.
Los principales aspectos para recurrir a ese préstamo, según las alcaldías, es la necesidad apremiante en tema de obras de urbanismo, servicios públicos, proyectos de vivienda, mantenimiento de vías, entre otras necesidades básicas de las poblaciones.