Boyacá, una vez más, dejó huella en el Mono Núñez

Son muchas las características que harán inolvidable para los boyacenses la versión 45 del concurso Mono Núñez, el más importante de la música andina colombiana.

El trio Juventud Parrandera de Soatá pudo haberse convertido en el ganador de la estatuilla del Gran Mono Núñez, pero un error les costó el título.

No solo se ratificó como la delegación más numerosa y organizada del certamen, sino que este año, más que en otras oportunidades en Ginebra se vio, se escuchó y se sintió a Boyacá. Los 258 integrantes de la delegación que habían partido en su gran mayoría en cinco buses desde Sogamoso, Duitama, Paipa y Tunja, con artistas de estas ciudades y de Nobsa, Tibasosa, Tuta, Samacá, Chiquinquirá, Soatá y Chiscas, entre otros, a la medianoche del pasado miércoles, regresaron ayer tras otras 15 horas de regreso desde Ginebra (Valle), donde se realiza el concurso que es considerado como ‘los Grammy de la música colombiana.

“El objetivo que traía este año la delegación de nuestro departamento se cumplió y con honores. Siempre lo hemos dicho: nosotros no venimos exclusivamente por los premios, que sí son una circunstancia, pero no el objetivo general”, explicó José Ricardo Bautista, delegado de Funmúsica para Boyacá.

El cantautor boyacense, que ya completa 26 años como el brazo de Funmúsica en este departamento, señaló que el viaje de 15 horas hasta Ginebra tiene como principales objetivos los de hacer la pedagogía con los asistentes de lo que es un evento internacional, foguearse en los escenarios alternos del certamen y aprender desde el primer instante en que se arriba a esta localidad ubicada a una hora de Cali, hasta la madrugada del lunes festivo cuando se conoce el fallo.

“Ahora lo que viene es seguir reafirmando el nombre que tiene nuestro departamento y eso algo que se debe tener todos los años. El solo hecho de superar el punto que se dejó el año anterior, es ya un logro muy importante para nuestro proyecto de transformar vidas a través de la música andina colombiana”, recalcó.

Precisamente, en un hecho que en muy pocas oportunidades se ha dado en el exigente certamen, la noche del viernes las directivas de Funmúsica le hicieron un homenaje y entregaron un reconocimiento al alcalde de Tunja, Pablo Cepeda, por el compromiso con el proceso formativo de la Escuela de Música de Tunja que recibió hace tres años y medio con 230 niños y que hoy ya superan los 950. Nuevamente fueron los protagonistas durante estos cuatro días ese niño que se está formando como músico y que debe saber qué hacen los músicos de verdad, ¿qué es un evento? ¿qué es un certamen? y ahí es donde está el secreto de participar con objetivos claros, esto no es un paseo como algunas personas creen.

“Es un evento que cada año nos deja reflexiones y es una formación no solo para los niños sino también los jóvenes músicos, para los presentadores, es una lección hasta para los periodistas que son enviados especiales, de lo que es cubrir un evento de estas características”, recalcó el delegado de Funmúsica Boyacá.

El viaje de regreso inició a las 2:00 a.m., de ayer desde Ginebra, culminó sobre las 6:30 en la Plaza de Bolívar. Y ahora, desde esta misma semana comienzan los preparativos y a partir de octubre las gestiones ante los nuevos gobernantes (el gobierno Amaya no quiso apoyar ni con lo más mínimo a la representación del Mono Núñez durante sus cuatro años de Gobierno) para obtener el apoyo a este tipo de iniciativas.