Familias multiespecie

Por: Catalina Pulgarín Vallejo, abogada penalista.

Las nuevas dinámicas del mundo nos están llevando por caminos insospechados.

Hace 50 años nadie hubiera pensado que en las familias del siglo XXI estarían participando nuestros hermanos animales de una manera tan contundente. Perros, gatos, ratones, peces y pequeños cerditos hacen parte ahora de lo que se ha denominado familia multiespecie.

Pero la novedad no solo es que hoy hacen parte de nuestras vidas sino que muchas personas, solas o en pareja, prefieren volcar su afecto sobre una mascota dejando de lado la opción de procrear (lo que a mi modo de ver tan válido como decidir tener hijos. El punto radica en la conciencia de la responsabilidad al decidir reproducirse o tener animales de compañía, que termina siendo la misma). Lo cierto es que, si bien no se trata de humanizar a los animales ni llegar al absurdo de heredarles cuantiosas fortunas, en buena hora las legislaciones, entre ellas la colombiana, de a pocos avanzan hacia la protección de estos seres sintientes y al respeto y reconocimiento de su dignidad.

Resulta merecedor de todo señalamiento y censura cualquier clase de maltrato que se infrinja contra un niño, así como cualquier violencia sobre un animal de compañía. La agresión, ante la indefensión de unos y otros, permite avizorar a un ser humano perverso, que merece no solo el reproche social sino la sanción legal. Mientras tanto, este planeta está lleno de niños huérfanos y animales abandonados esperando, todos ellos, ser adoptados en busca de afecto.

Bienvenidas las familias que se construyen a partir de participaciones diversas. Amor es amor y pare de contar.