¿Sinvergüenzas uniformados?

La prensa no tiene la culpa de que uniformados que juraron lealtad y servicio a la Patria, esos mismos cuya función es garantizar el orden, luchar contra el hampa y hacer cumplir la ley, se vuelvan delincuentes.

Ya son varios los casos en los que uniformados de la Policía, y no precisamente del Esmad, han salido salpicados por excesos, por abusos y recientemente por delitos vergonzosos para la Institución en Boyacá.

La Policía Metropolitana, por ejemplo, no ha podido explicar cómo es que un uniformado suyo resultó metido en un caso de abigeato y estuvo a punto de ser linchado por campesinos en el municipio de Samacá.

Y ahora resulta que dos patrulleros que laboraban en el municipio de Pesca se enfrentan a un proceso acusados de delitos como concusión y retención ilegal. Y como eran Policías, la señora juez no permitió el ingreso a una audiencia pública, es decir la volvió privada; la Policía, es decir los compañeros en solidaridad con sus brillantes ‘cursos’, no dio ni la más mínima garantía para garantizar el trabajo de la prensa mientras familiares de los acusados resultaron agrediendo físicamente a personal de Boyacá Sie7e Días.

El comandante de la Policía en Boyacá, coronel Carlos Fernando Triana, debe dar explicaciones y tomar medidas en torno a estas actitudes que enlodan aún más la salpicada imagen de su institución por estos días en Boyacá.