Moniquirá Brilló en República Dominicana

Por: José Ricardo Bautista P.

Hace uno días un grupo de muchachos entre los 12 y los 17 años, dirigidos por el también joven maestro Pedro Coronado, partieron hacia República Dominicana con sus equipajes llenos de sueños y su instrumento al hombro, para llevar nuestra música y nuestra cultura hasta un país donde las canciones y los versos han sido prolíferos.

La sinfónica de Moniquirá logró el título en el XIV Concurso Internacional de Bandas de este país de la zona central de las Antillas. Un título que les cambia la vida a estos niños.

El objetivo era coronar el XIV Concurso Internacional de Bandas y traer para Colombia y a su natal Moniquirá, el máximo galardón del certamen. Allí, en la tierra del merengue y la salsa, sonaron las rumbas criollas, los bambucos las cumbias y los valses y los boricuas conocieron por primera vez, creaciones como El Rey Pobre de nuestro juglar Jorge Velosa. Pero a la vez que recordaron las canciones emblemáticas que ya habían colonizado esas laderas, como Colombia Tierra Querida de Lucho Bermúdez, Pueblito Viejo del inmortal José Alejandro Morales y una que otra bachata, también muy propia de las nuevas fusiones de los aires caribeños.

Esos jóvenes ansiosos como todos los de hoy por ‘comerse el mundo’, no solo asombraron a los asistentes con sus impecables interpretaciones, sino que impregnaron de alegría los escenarios del evento orbital y pusieron a bailar a los espectadores con esos aires contagiosos enarbolados por la cultura de un pueblo que, aunque dolido y maltratado por la violencia, refunde entre sus cumbias la tristeza y guarda en la cadencia de tamboras la magia de su exponencial belleza.

Y es que así es Colombia en el exterior, una tierra estigmatizada por la intimidación y el narcotráfico, con un rotulo muy complejo de manejar para quienes salimos frecuentemente con guitarra al hombro, a llevar nuestros versos a otras latitudes, porque las requisas y la desconfianza de los aduaneros es fría y calculadora. Sin embargo, cuando se toca suelo extranjero todo se convierte en carnaval, todo es alegría y la admiración por nuestra música y tradiciones, despierta otras sensaciones, como esa chispa que alumbra de repente en la oscuridad.

A estos noveles músicos moniquireños, embajadores de la cultura ancestral, un ¡Gracias!… de corazón y un abrazo de felicitación, porque no solamente trajeron en su equipaje el anhelado galardón, sino la grata experiencia que atesora la mística de su trabajo musical y deja para el lienzo de su palmarés, un imborrable recuerdo, a la vez que ratifica el interés de los cultores, músicos, pintores, poetas, danzarines, compositores e intérpretes, por limpiar el nombre de la patria en el exterior y borrar del recuerdo del imaginario colectivo. Ese rotulo que tanto daño le hace a la reputación de la nación y es que ahora como lo hizo con honores la Banda Juvenil de Moniquirá en República Dominicana, hay el recuerdo de unos jóvenes que llegaron empuñando instrumentos de paz, para colmar de buena música y sonrisas los rincones de esa admirada tierra.

Felicitaciones a todos ellos, a las autoridades de Moniquirá, a sus familias, docentes, líderes y a los que apoyaron esta causa porque los artistas boyacenses solo necesitan de efectivos respaldos para llevar a los escenarios de Colombia y el mundo un poquito de esa basta riqueza cultural amasada entre rumbas criollas, merengues, bambucos y torbellinos y añejada en las parcelas de la identidad Boyacense.