Boyacá se hizo grande en la Feria del Libro: así fue el encuentro de escritores boyacenses

El Encuentro de escritores boyacenses en la Filbo 2019, organizado y patrocinado por la editora de Thalassa y la escritora Amparo Fortaleché Triana, hija adoptiva de Paipa, con raíces de Morcote, fue acogido con salas plenas y un público fervoroso que ama la Tierra de la Libertad.

El cierre de la Feria Internacional del Libro de Bogotá fue para Boyacá con la realización de la Sala Taller, con motivo del Bicentenario.

Fernando Ayala, escritor invitado por la Cámara del Libro de Bogotá y por Colombia Bicentenario, nos ilumina con sus rutas literarias que recrean la gesta libertadora y profundiza el papel que ha tenido el periodismo en el esclarecimiento de una verdad histórica que enriquece la saga de los héroes como James Rook, el ‘Negro’ José, el martirologio en una comarca que no es Macondo ni Comala, sino los llanos de Casanare, Pore, el Valle del Sol, Pisba, Paya, Belén, Tenza, Socha y Ventaquemada.

De ahí la importancia de las investigaciones de un periodista como Afanador para revelar los datos escondidos de un nación inédita en muchas páginas de la cronología de la gesta de Emancipación.

Afanador manifiesta que el hombre no es sólo de donde nace, sino de donde está sepultado, como Rook de la Legión Británica. De Los cien años de soledad de Gabriel García Márquez, Fernando Ayala registra los doscientos años de una nación que lucha por la felicidad del Estado y un Estado que batalla por la felicidad de la nación en medio de circunstancias de conflicto, sombras, tragedias naturales, sequías, hambre y guerra.

Como agricultor de la palabra nos hace trasegar por su cuarteto La Papa de Van Gogh, un tributo a los cultivadores de los Andes y a un pueblo que es despensa de la humanidad. La papa libertadora se hace pan de cada día para comunidades entre el estudio y el trabajo esforzado.

Estas obras del hijo de Boyacá nos remontan a Tunja, ciudad colonial y neobarroca y tesoros religiosos, nos aproximan al Mono de la Pila, quien nos enseña el arte del silencio que permite la reflexión, evoca la madre del Castillo en el templo del Topo, donde está el Santuario de la Virgen de Los Milagros, patrona de la Fuerza Aérea Colombiana, donde miles de nacionales acuden con fe y esperanza a dejar sus cartas y agradecimientos a favores recibidos.

Del mismo evoca la Casa de Juan de Castellanos que forjó su formación de escritor con la famosa homilía: “Colombia, tierra buena que pone fin a nuestra”. El elogio de Ayala es para una Colombia de todas las memorias del periodismo, de un país donde la guerra descanse en paz.

Este bicentenario es la segunda campaña libertadora que quiere cruzar el Páramo de Pisba con La Guerra de los Violines y Loreta Chifloreta para llegar al Pantano de Vargas y al Puente de Boyacá con la papa Libertadora de Matilde Anaray, Juana Escobar de Corrales, Estefanía Parra y Simona Amaya conformando nación para el siglo XXI.

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