Será que vale la pena repetir

Podría decirse sin temor a equivocarnos que lo único que quedó del Paro Agrario del 2013 y del Paro Camionero de 2016 fueron pérdidas incalculables, promesas incumplidas, la enseñanza de lo que no se debe hacer y malos recuerdos.

Aunque hay quienes también manifiestan que otra de las cosas que dejó la primera de estas protestas fue el ridículo de una aspiración presidencial, una reciente credencial en el Congreso de la República, bueno y la utilización de la ruana para hacer populismo, ah y la famosa frase de “el tal paro agrario no existe”. Con esos antecedentes se recibe con mucha preocupación el anuncio de diferentes sectores del departamento de sumarse activamente al Paro Nacional convocado para mañana.

Desde luego que el derecho a la protesta pacífica está consagrado en el artículo 37 de la Constitución Política de nuestro país y ni más faltaba que desde esta tribuna se fuera a aplaudir a quienes buscan limitar las formas de expresión del pueblo, pero debemos ser muy sensatos y responsables con esta manifestación que como dicen ahora los conferencistas se convierte en caldo de cultivo para los oportunistas.

Sí, los oportunistas, esos mismos que pueden convertir esto en un caos y a conducir la reclamación justa de un pueblo al abismo de la anarquía, un exquisito bocado para el inicio de una contienda electoral como la que se avecina.