Otra jugada maestra del Gobernador de Boyacá: Amaya sacó del camino a su ficha y le daría el guiño al candidato de Jorge E. Londoño

La renuncia de Carolina Espitia Jeréz a su aspiración de ocupar el primer cargo del departamento, era una situación que se veía venir al interior del Partido Verde.

Ana Carolina Espitia Jerez fue secretaria General, Asesora de Despacho y Jefe de Gabinete de Boyacá.

La decisión cambia por completo el panorama político, de cara a las elecciones de octubre próximo, y en fortalece al partido del actual Mandatario seccional que espera salir ganancioso una vez más.

Para los analistas políticos, detrás de la salida de Espitia de la baraja de precandidatos a la Gobernación se encuentra la ‘mano invisible’ del ingeniero electrónico de la Uptc al que le faltan nueve meses de su mandato y quien se dice ha señalado en privado que “eso es una decisión de Jorge Londoño y él ante todo es mi jefe. En eso nada tengo que ver”.

Referencia clara, si se quiere ver así, ante la posibilidad enorme de que el exdirector del Ideam Omar Franco reciba la bendición de todo el conglomerado Verde y, en especial, del senador Londoño, quien tendría la sartén por el mango para tomar esta decisión.

Esta posición del otrora líder estudiantil se parece mucho a la de Poncio Pilatos, con su no menos famosa lavada de manos. Una posición de la cual espera sacar bastantes réditos. De esa dimensión es la jugada maestra de este ‘ajedrecista’, que con su actitud espera quedar bien con todo mundo, pues como habría dicho en días pasados: “mi reino ya no es de este mundo”.

De hecho, se dice en los corrillos políticos, que a raíz de la posición del actual gobernador Amaya, ante la vieja deuda con los liberales quedaría bien con el exparlamentario Rafael Romero Piñeros y el diputado Lifan Mauricio Camacho. De igual modo, ante la vieja deuda con los empresarios esmeralderos y líderes de occidente quedaría bien con Jonatan Sánchez, quien puja por ser gobernador.

Este alcance de quedar bien con todo mundo, le permitiría a Amaya saldar la vieja deuda hasta con Jairo Castiblanco y los integrantes del partido de la U y quedar bien, inclusive, con uno de sus máximos contradictores como lo es Guillermo Sánchez del Centro Democrático y a quien se le enredó el camino al Palacio de la Torre.