Película brasileña coproducida con Colombia retrata a víctimas y género

El cine colombiano en los últimos años ha traído una avalancha de excelentes producciones que analizan el conflicto armado en sus diferentes vertientes, así como el papel de las mujeres en la sociedad.

Marleyda Soto, actriz principal de la película, además de su excelente presentación actoral, sorprendió por su transformación física.

En Los Silencios (2018), película brasileña en coproducción con Colombia y Francia, se ocupa de estas temáticas.

Escrita y dirigida por la brasileña Beatriz Seigner Los Silencios cuenta la historia de Amparo, una mujer desplazada por el conflicto armado, quien luego del asesinato de su esposo emigra con sus dos hijos hacia La Fantasía, una isla ubicada en Leticia, zona paradigmática dado su arraigo espiritual y que en ella confluyen las naciones del Perú, Brasil y Colombia.

Los Silencios, segundo largometraje de Seigner, con un cine pausado, trabajo paisajístico prodigioso y agraciados personajes muestra la desastrosa situación de las víctimas, en donde la poca adaptación institucional para atenderlos consigue someterlos a un sistema burocrático de funcionarios mediocres, pleitos interminables y mezquinos abogados.

En apariencia, Boyacá se ha visto ajena al conflicto armado. Sin embargo, su influencia y hechos victimizantes demuestran lo contrario. La violencia desde sus distintas modalidades ha permeado y afectado de diferentes formas al departamento, por lo que el filme tiene mucho que aportar en temas como la atención prioritaria y de calidad a las víctimas, al ser estas exigencias éticas de primer orden, sumado a la pedagogía de paz y garantías de cierre del conflicto armado.

Por otra parte, el personaje de Amparo, fabulosamente encarnado por Marleyda Soto (quien con cada nueva producción construye personajes memorables para el cine colombiano), representa a cientos de mujeres boyacenses cabeza de familia que deben enfrentarse a circunstancias adversas para conseguir el mínimo de subsistencia para ellas, hijos y familiares. Ante ello Amparo hace gala de su coraje y dignidad trabajando en oficios masculinos, para conseguir el pan de cada día.

Por lo anterior, estas reflexiones sobre conflicto y género son urgentes en los espacios democráticos y comunitarios de Boyacá; la inclusión de estos temas en los programas políticos debe ser una exigencia mínima hacia candidatos o mandatarios si esperamos un departamento en paz y próspero.

Los Silencios, estrenada en Colombia el pasado jueves 7 de marzo en el FICCI, con presencia de la protagonista Marleyda Soto y el productor Daniel García, es el grito, o mejor, el susurro de aquellos a quienes no hemos querido escuchar y sus luchas adquieren actualidad para fomentar sociedades más justas e igualitarias.

Es el cine de la reconciliación, consciente de las voces de los perdedores de la historia que esperamos inunde nuestras pantallas. La película brasileña, junto con obras colombianas memorables como Matar a Jesús, Ciro y yo, El Silencio de los Fusiles, entre otras, dan un imponente manifiesto artístico que motiva a que en el departamento y a lo largo del país se construya una sociedad igualitaria en la diferencia, hospitalaria con los más desfavorecidos y consiente del pasado y su presente.

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