El mercado del Bicentenario

Hasta pintura para las fachadas de las casas, arreglo de caminos de herradura, ornato y embellecimiento del parque principal, tejas y maquinarias, insumos e implementos están pidiendo algunos alcaldes, diputados, concejales y especialmente candidatos políticos en Boyacá, con motivo de la celebración del Bicentenario de la Independencia.

Muy grave que eso esté ocurriendo. Claro que todo el mundo tiene el derecho de pedir, el problema es que por estos días cuando se debe apuntar a una agenda robusta de inversión, con la excusa de que el Gobierno Nacional salde en parte la deuda histórica que tiene con Boyacá, esta cascada de peticiones, que nadie está diciendo que no sean importantes y apremiantes, sirven para generar ruido y terminan beneficiado precisamente al Presidente y sus ministros.

Esto no es un carrito de mercado al que se le puede echar de todo. Esto debe manejarse con la grandeza y la importancia que merece, para que el 7 de agosto podamos decir que ganó Boyacá y que por lo menos en el papel y los anuncios del Presidente hay asegurada una inversión de acuerdo a la celebración. Son muchas las necesidades, pero el Bicentenario no va a ser la panacea.

Esta fecha se debe utilizar inteligentemente sin afanes de protagonismo, sino con los pies puestos sobre la tierra, sobre la tierra que le dio la libertad a esta nación llamada Colombia.