Una de las iniciativas del presidente Duque que ha generado gran expectativa, es su
respaldo y apuesta a la economía naranja que también se conoce como economía creativa.

Se destaca a John Howkins como el precursor de la llamada Economía Naranja.
De acuerdo a las investigaciones y experiencias se puede concluir que la ‘economía naranja’ refiere a aquellas operaciones que generan los productos creativos. En Colombia la llamada economía naranja aporta más del 45% del PIB muy aproximada a la cifra que aporta el sector de la caficultura, teniendo como base que en nuestro contexto, el área de la productividad turística y cultural se tipifica en varios sectores como el audiovisual, las publicaciones como libros y periódicos.
Pero también lo son las producciones musicales, los juegos y los juguetes, las artesanías, las artes escénicas, los espectáculos públicos, la educación cultural, las creaciones publicitarias, las artes visuales, el diseño, el patrimonio cultural y en general la creación en todas sus expresiones. El presidente Iván Duque en entrevista para Boyaca7dias señaló que en su gobierno el impulso a la economía naranja debe lograr la sintonía de varios sectores como la educación, la ciencia, la tecnología, el turismo, el arte y la creatividad y que quienes opten por la implementación de ideas en los ciclos de innovación, tendrán grandes oportunidades de establecerse en los mercados generando así riqueza y estabilidad económica para todos.
Por otra parte la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), revela que entre 2002 y 2011 las exportaciones de bienes y servicios creativos crecieron el 134%, llegando en 2011 a intercambios por un total de 646.000 millones de dólares de los cuales tan solo 18.800 millones se movilizaron desde América Latina y el Caribe.

Es importante conocer también que eventos como el Festival Iberoamericano de teatro de Bogotá mueve en cada versión aproximadamente a cuatro millones de personas y que más de 100 horas de video son subidos cada minuto a You Tube, cotejando en un mes aproximadamente seis mil millones de horas que son consultados y visitados por más de mil millones de personas.
Visto de esta manera se debe convertir en prioridad asociar la creatividad con las nuevas tecnologías y las metodologías de mercadeo para aterrizar este programa en nuestra realidad, pasando de los análisis románticos a verdaderas apuestas que logren, por fin, hacer visible en los mercados la inmensa oferta que tienen el arte y los creativos, siempre y cuando entendamos que es igualmente urgente desarrollar estrategias de marketing para ofrecer productos con altos estándares de calidad y con conceptos estéticos que les permitan competir en los mercados del mundo.
Pero también es importante crear la cultura del pago para educar a la sociedad y entender que la asistencia a los espectáculos artísticos cuesta, que las obras de arte y las artesanías son piezas únicas, con un valor incalculable, que los artistas además de poseer talentos también van a la universidad, se tecnifican y se especializan. Que para reactivar la oferta en el turismo con hoteles, sitios de entretenimiento y restaurantes se requieren grandes inversiones y que por solo poner un ejemplo, un artista ético y responsable invierte horas estudiando, paga arreglos, cancela honorarios a sus músicos. Para producir su trabajo debe pagar estudios de grabación, edición y masterización porque al otro lado de la consola hay también un productor que vive del oficio, tiene que estar a paz y salvo con el pago de impuestos a Sayco Acimpro.

Adicionalmente contrata diseñadores para las piezas publicitarias de su proyecto y algunos deben convertirse en cómplices de la corrupción con el pago de sobornos en el ejercicio de la denominada “payola” para que su producto no quede en el anonimato y sin embargo, luego de semejante periplo y cuantiosas inversiones le salen con el cuento que lo invitan a cantar y tocar gratis pero que además debe regalar ejemplares de su producción discográfica “dizque para que se dé a conocer”.
La economía naranja es entonces como dice Felipe Buitrago, una oportunidad de oro para reactivar la productividad cultural, de ahí que la iniciativa del actual gobierno de apoyar e incentivar este sector tome fuerza en momentos en que los más importantes festivales atraviesan por la peor crisis económica y los creativos deben emplearse en otras áreas porque se volvió parte del paisaje decir que “en este país no se vive del arte”. Valorar y entender el arte y la creatividad como empresa no es tarea fácil pero entre más pronto comencemos más rápido lograremos llegar a la cristalización de estos objetivos. “Manos a la obra”