Germán García Barrera, periodista.

Katowice, Polonia, recibe por estos días a los asistentes a la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático (COP24) en la que los 197 Estados que firmaron el Acuerdo de París en 2015 deben rendir cuentas de cómo se está implementando y cuál es el avance de los compromisos.

Parece un asunto lejano, que nada tiene que ver con nosotros, pero no es así.

Allí se discute sobre su futuro y el mío, sobre el futuro de cada uno de los seres vivos que habitamos el planeta tierra. En 2015, cuando se suscribió el Acuerdo de Paris, los gobiernos pactaron reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento medio de la temperatura global a 1,5 ° C para finales de siglo.

Como la temperatura ha venido aumentando, la tierra se está calentando y el impacto lo vemos, por ejemplo, en la reducción del glaciar de la Sierra Nevada de El Cocuy y en las drásticas transiciones del clima, y de acuerdo con un reciente informe de la ONU, “si continúan las tendencias actuales el calentamiento global será de 3 °C para finales de siglo” y, en consecuencia, la supervivencia será insoportable.

La Organización de las Naciones Unidas, ONU, reiteró su llamado a los líderes mundiales, incluidos gobernadores y alcaldes, para avanzar urgente hacia la reducción de emisiones de CO2 y cambiar el carbón y el petróleo por fuentes energéticas sostenibles.