No son de poca monta las pérdidas para la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Uptc, y para la región por el paro estudiantes que se realiza desde el pasado 10 de octubre.
Lamentable que los gobiernos de los últimos años en Colombia hubieran permitido el razago en las inversiones para financiar la universidad pública, pero también que con el argumento de la justa causa del movimiento estudiantil se propicie un hueco presupuestal aún mayor para el funcionamiento de esas instituciones.
Todo parece indicar que el semestre se pierde, así eso ocurra en términos de tiempo. Y así como el Gobierno del presidente Duque no atendió debidamente los requerimientos de los estudiantes, tampoco hubo la intención de ellos de facilitar ese acuerdo para regresar a clases.
Es curioso que en esta oportunidad no hubo reacción de los padres de familia, como había ocurrido en otras ocasiones, para presionar el acuerdo y evitar así un descalabro presupuestal mayor.
Pierde la Universidad y pierde la región, decíamos, porque tener 30 mil estudiantes asistiendo a clases genera una dinámica de la que se benefician transportadores, restaurantes, comerciantes y hasta bares.
Se trata también de una valiosa pérdida de tiempo en la labor propia de la academia, para miles de estudiantes y para los profesores. ‘El tiempo perdido los santos lo lloran’, dice el adagio.