¿Qué pasa con los alumbrados?

Cada año, los señores alcaldes se echan más con las petacas en lo relacionado con los atractivos navideños.

La noticia por estos días ha sido que Medellín encendió la navidad la noche del 30 de noviembre.

Que millones de bombillos, que el colorido, que motivos relacionados con la naturaleza, que miles de personas caminan las noches por estos atractivos. ¿Y en Boyacá? Pues afortunadamente Paipa sacó la cara el viernes pasado, pero de los demás municipios, lo único que se ha escuchado es que les cogió la noche con el tema, que están trabajando contra el reloj para poder encender este 7 de diciembre, no solo ocho días después de otras regiones del país, sino que a las carreras y como quede.

La pregunta entonces que cabe a todos los alcaldes, incluidos a los de religiones diferentes a la católica es: ¿Y si saben que Boyacá es uno de los atractivos del país para fin de año, por qué no comienzan desde agosto o septiembre el montaje? ¿Por qué si saben que este atractivo dinamiza la economía local no se alistan con tiempo?

Lo cierto es que muchos ni siquiera alcanzarán a encender el viernes, ni el sábado. Qué lástima que una época tan importante se desperdicie o se desaproveche, solo por la improvisación y la falta de planeación de la mayoría de los mandatarios en nuestro departamento.

Muchos, en vez de sorprender, van a salir con lo mismo del año pasado, todo porque no les quedó más tiempo.