Monumentos sin doliente

Luis Heriberto Bohórquez, ingeniero garagoense

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”: Oscar Wilde.

Estas palabras invitan a conocer nuestra historia que es sinónimo de cultura y de ella son testigos mudos los monumentos. Reescribir la historia de Garagoa, implica revisar el inventario de sus monumentos y emprender las acciones necesarias para conservar los que estén en buen estado, recuperar aquellos cuyo deterioro pueda significar desaparición e implementar las estrategias de salvación de los que están abandonados; independiente de quien sea el responsable de su administración.

El maestro Luis Salazar Ojeda en el himno de Garagoa menciona en sonoro estribillo “…su ceiba inmortal” que no es otra cosa que nuestro árbol insignia y principal elemento del escudo, que hoy languidece víctima del ahogo de urapanes, cauchos y especies parásitas.

Siguiendo en el corazón de la ciudad están las construcciones consideradas por el ordenamiento vigente como bienes de interés cultural, la Casa Consistorial donde funcionaba la Alcaldía y el Concejo Municipal que hoy desocupada espera entierro de tercera, y tres cuadras al norte amenazando ruina el antiguo hospital.

Al sur se yergue el monumental alto de Santa Bárbara en total descuido y convertido en antro de desorden, sin doliente alguno que vele por su rescate, salvo cuando se acercan las elecciones.

Nuestro patrimonio cultural agoniza, igual que algunas valiosas esculturas erigidas en el cementerio y procedentes de Europa, mientras, paradójicamente se organizan bazares para reconstruir el “monumento al helicóptero”.

Así, ni esperanzas de reescribir nuestra historia.

Twitter: @luchocalidad