La copla, forma de expresar el sentimiento popular

Las coplas son textos a manera de síntesis con amplia dosis de sarcasmo, malicia, humor y picardía. Son una modalidad de distribuir los versos de manera que entre ellos se acoplen.

La palabra “copla” proviene del latín copula, que significa ‘unión’, ‘enlace’ y que se utiliza originalmente para denotar la rima entre versos de dieciséis sílabas cada uno, que constituían el romance español.

La copla también ha sido vehículo para expresar sentimientos como en las poesías de García Lorca.

La copla surge en España en el siglo XVIII, y se conocía con el nombre de tonadilla, canción alegre y corta, luego, la copla pasa de España a América, donde también gozó de mucha popularidad. La historia registra los nombres de Manuel López Quiroga, Rafael de León, y Antonio Quintero como unos de los más grandes exponentes de esta modalidad literaria y pese a que se le ha conocido como un género popular, la copla también ha sido vehículo para expresar sentimientos sublimes como en las poesías de Federico García Lorca.

Tal vez una de las maneras de expresar el sentimiento popular; y la voz de aquellas historias guardadas en el corazón y el pensamiento de nuestros campesinos, es la copla, por eso se utiliza en medio de la música o antes de interpretar una obra de corte folclórico, pero también aparece en medio de la danza del bambuco, el torbellino o la guabina y que decir de la tradición carranguera donde la copla es casi que obligatoria y anima a los públicos antes de soltar la descarga del requinto en la interpretación del merengue criollo o las rumbas como las del juglar Jorge Velosa Ruiz.

“No somos ni más ni menos, simplemente
diferentes, por eso yo los respeto, y espero que me respeten”

Jorge Velosa Ruiz, Cantautor Boyacense

 

Algunas características de la copla

Por lo general la copla está compuesta por una o más estrofas y a su vez las estrofas están compuestas por cuatro versos cada una, para que rimen el tercero y el cuarto y la rima puede ser armónica o asonante. Puede estar compuesta por una o más estrofas. A su vez, las estrofas están compuestas por cuatro versos cada una, de los cuales riman el tercero y el cuarto.

Esta rima puede ser armónica o asonante. La métrica medida silábica presenta cuatro formas posibles: Cuando todos los versos son octosílabos, cuando, los versos 1 y 3 son octosílabos, mientras que los versos 2 y 4 son heptasílabos, cuando el verso 1 es heptasílabo y los restantes son octosílabos y cuando los versos 1 y 3 son heptasílabos, mientras que los versos 2 y 4 son octosílabos.

Pero existe otra forma de expresar la malicia campesina y ese humor fino que tienen los abuelos que más parece una reflexión dicha con la autoridad que da la experiencia a la que llamamos “sabiduría popular”, por eso de esa picardía y sarcasmo surge lo que conocemos como copla coja, aquella que no rima o que por hacer que rime se utiliza una palabra salida del hilo conductor del contexto temático.

En nuestro país cada región ha adoptado su propio estilo para decir sus coplas y expresar de manera sincera lo que a veces no se puede exponer para denunciar abusos, contar historias, declarar amores o describir tradiciones y costumbres dichas también a través de las cantas y los relatos.

En Antioquia se conoce como la trova que es una manera muy ágil e inteligente de referirse a una situación o tema en particular utilizando la improvisación en un duelo dialéctico entre dos o más trovadores. En los Llanos Orientales los interpretes de voz recia revelan la fuerza y el brío del llanero, y dibujan en su lenguaje las imágenes del paisaje y por lo general el galope del caballo, el trino del arpa, el cuatro y las maracas están presentes siempre en sus contenidos.

En la región caribe y el vallenato la piquería traduce emoción, ingenio, destreza mental y estética armónica para improvisar los versos y a lo largo y ancho de la geografía nacional se escuchan composiciones construidas por sus juglares para armonizar lo que se quiere decir y a veces no se puede hacer de manera tan directa.

Que siga sonando el coplerío para que el campesino pueda decir lo que tiene atravesado en su pecho y para seguirle poniendo a la vida ese “picantico” que nos devuelve la sonrisa y nos hace olvidar las penas.