Frustraciones deportivas

Por: Ricardo Rodríguez Puerto

No han sido afortunados nuestros gobernantes cuando se trata de que instancias nacionales o internacionales tengan en cuenta a Boyacá para eventos deportivos.

Hay que advertir que ese trato se debe, entre otras, a que nuestro aparato productivo carece de peso nacional y que tampoco tenemos una clase política que se haga escuchar y respetar. La excepción fue Miguel Ángel Bermúdez quien, sin aspaviento, logró que a Boyacá le asignaran la sede de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo de 1995. Él es el único que puede mostrar resultados en ese campo.

Nos prometieron la sede los Nacionales de 2000 y cuando creíamos que la teníamos, el presidente Ernesto Samper dividió la sede entre Boyacá y Nariño y todo terminó en unos Juegos mediocres que no dejaron nada a ninguno de los dos departamentos. Varios años después hicimos el lobby para los Bolivarianos de 2017, pero terminaron dándoselos a Santa Marta y nos dejaron con los crespos hechos.

Luego el alcalde de Tunja Fernando Flórez nos anunció que todo estaba listo para que le asignaran a Boyacá la sede de los Mundiales del Ciclismo. Conozco la historia de cerca y la verdad es que la Unión Ciclística Internacional nunca tuvo la menor intención de asignarle a Tunja o Boyacá esa sede. Nuevamente, insistimos en ser de los Juegos Deportivos Nacionales pero, con la ayuda de su clase política y parlamentaria, el departamento de Bolívar se los llevó.

El actual Gobernador nos tiene ilusionados con los Juegos Nacionales y los Juegos Paralímpicos de 2023, cuya sede se tendrá que definir en los próximos meses, pero la verdad es que aunque hay un gran show no hay muchas posibilidades. Esta vez nuestros rivales son Eje Cafetero, Cesar, Tolima y Meta. Conformémonos con que Tunja, Paipa y Duitama puedan ser sede de las finales de los Juegos Nacionales Supérate.