Por: Germán García Barrera, Periodista

Significativo fue el hecho de que Puerto Boyacá hubiera sido la sede del Segundo Encuentro Departamental de Conflictos Socio-Ambientales del sector extractivo en Boyacá, una iniciativa que estuvo acompañada por el Movimiento Ambientalista Colombiano, Censat Agua Viva, la Red por la Justicia Ambiental, la Fundación Heinrich Boell y la Fundación Counco, entre otras.

¿Y por qué significativo? Son varias las razones. Para buena parte de quienes habitamos el departamento, incluso para muchos dirigentes regionales, este puerto sobre el río Magdalena es un territorio que no valoramos como nuestro, lo asumimos lejano y distante como si no hiciera parte de esta jurisdicción.

En segundo lugar, allí se concentran severas problemáticas ambientales asociadas a la deforestación, a la ganadería extensiva y a la industria petrolera que inciden en el deterioro de ecosistemas como la Ciénaga de Palagua y que se reflejan, por ejemplo, en el crecimiento progresivo del buchón de agua que reduce la capacidad de oxígeno de este embalse natural.

El Encuentro Departamental de Conflictos Socio–Ambientales que tuvo lugar en esa ciudad convocó a líderes y a expertos nacionales. Allí se abordaron las problemáticas regionales y se reiteró el rechazo a que en esta zona de Boyacá se lleven a cabo proyectos piloto de fracking como lo pretende el Gobierno. Puerto Boyacá necesita de la solidaridad de todos los boyacenses. La lucha de sus líderes sociales y las voces de quienes abogan por el respeto a la naturaleza debe ser escuchada.