Eutimio Reyes, un cerinzano de letras, historia y educación

En Boyacá, cuando se habla sobre historia, Bolívar, educación y periodismo, uno de los nombres que se evocan es el de Eutimio Enrique Reyes Manosalva.

Eutimio Reyes ha escrito 14 libros sobre historia, Bolívar, costumbres de Cerinza y boyacenses.

Este educador, de 81 años, ha sido reconocido por su trayectoria como docente, investigador, escritor, periodista, político y supervisor de Educación de Boyacá. Su preparación académica empezó en la Escuela Bolivariana del municipio de Cerinza, donde nació el 27 de agosto de 1937 y se crio, hasta cuando culminó cuarto de primaria.

Como en los pequeños municipios no había colegios en los que se pudiera hacer bachillerato, debió migrar a Tunja, donde hizo quinto de primaria en la Escuela Normal. Cuando iba a empezar la secundaria, fue reclutado por el padre de Tuta, Marcos Dionisio Sánchez, quien actualmente está en proceso de canonización, para que estudiara en la Apostólica Vocacional de Tuta. Un año más tarde retornó a Tunja, donde hizo segundo de bachillerato en el Seminario San Carlos Borromeo. Sin embargo, como consideraba la vida de esta ciudad como ‘austera’, cuando se le dio la oportunidad de continuar sus estudios en Carta gena, no dudó ni un segundo en irse a la capital de Bolívar, donde estuvo desde tercero a quinto grado de secundaria.

Estar en un mismo sitio por un prolongado tiempo no era lo suyo. Por eso, cambió de residencia y llegó a estudiar en el Colegio de Nuestra Señora del Buen Suceso de Nemocón, donde se graduó de bachiller. En los seminarios encontró el gusto por la literatura, porque allí, cuando desayunaban, almorzaban y cenaban, escuchaban la lectura de un libro, que estimulaba su imaginación y los transportaba a vivir aventuras en diferentes contextos. “Recuerdo todas las obras de Julio Verne, las vidas de santos y las aventuras del escritor italiano Emilio Salgari”, contó.

Dos de sus hijos también se interesaron por la carrera militar y por eso ingresaron a la Policía y al Ejército, donde son coroneles.

A sus 22 años ingresó a la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), donde llegó al grado de subteniente y duró dos años. Por un problema con un capitán, pidió la baja. Después de haber renun ciado a uno de sus sueños, estar en la FAC, se presentó en la embajada de Estados Unidos para participar en la Guerra de Vietnam. Pasó todos los exámenes, menos el de inglés, por eso, volvió a Tunja para prepararse en la Uptc, donde estudió filología e idiomas. “Estudié tres meses, presenté el examen de inglés y me aceptaron en Estados Unidos para hacer un curso en Texas. Sin embargo, mi familia no estaba de acuer do y me convencieron de no viajar”, dijo el cerinzano.

Su primer trabajo fue como docente en el colegio de la vereda El Salitre de Somondoco. Allí duró un año y, fiel a su comportamiento nómada, ejerció esta profesión en diferentes partes del país, como en Soatá, Sogamoso, Ocaña, Chiquinquirá, Bogotá y Tunja. En 1973 fue nombrado como supervisor de Educación de Boyacá, trabajo que ejecutó durante 30 años. “Como supervisor anduve por Boyacá y conocí sus pueblos, la forma de ser de sus gentes y los paisajes. Eso me hizo querer empezar a escribir sobre el departamento en los periódicos tunjanos de la época que eran El Oriente y El Demócrata”, añadió. Después de ‘coger cancha en el periodismo’ y de fundar el periódico Noticerinza en 1973, fue presidente de la Asociación de Periodistas de Boyacá.

Su producción literaria vino unos años más tarde: en 1982, tras haber sido concejal y diputado a la Asamblea de Boyacá, escribió su primer libro ‘Monografía histórica, sociológica y literaria de Cerinza’, considerado por él como su obra más importante, porque hace “parte de su identidad”. Una vez incursionó en el mundo literario, empezó a alternar sus labores de supervisor con las de escritor. Así, desde 1982 hasta la actualidad, Reyes ha producido 14 libros sobre historia, sociología y cultura boyacense. Cuatro de estos narran la vida de Bolívar y la Campaña Libertadora.

Su fascinación por el Libertador la adquirió de niño, porque en la escuela de Cerinza había una estampa gigante de Bolívar montado en su caballo Palomo. “Mi imaginación voló con el Bolívar ecuestre y los profesores enseñaban mucho la historia bolivariana. Lo idealicé mucho”, expresó. Años más tarde empezó a estudiar la vida de Bolívar y, gracias al padre Ernesto Reyes Sarmiento, fue presidente de la Sociedad Bolivariana de Boyacá desde 1990 al 2006. Además de sus textos sobre el Libertador, para conmemorar su memoria, junto a otros ilustres boyacenses, creó la Sociedad Bolivariana Académica de Boyacá.

Especial completo en el impreso de hoy.

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