Narrador, ensayista y poeta, él es Gilberto Abril Rojas

Con orgullo Gilberto Abril Rojas dice que el amor a la literatura lo heredó de su madre, doña Noemí Rojas de Abril.

Gilberto Abril ha escrito 32 obras de diversos géneros. Su aporte a la literatura es reconocido en el mundo.

Él nació en Tunja el 20 de marzo de 1946. Fue el último de tres hermanos propios de un hogar tradicional de la región boyacense.

Sus primeros años de vida los pasó en el municipio de Paz del Río pues sus padres aperturaron allí una panadería. En 1960 regresó junto a su familia a Tunja donde permaneció hasta culminar el bachillerato en el colegio Santo Domingo de Guzmán. A sus 17 años enfrentó uno de los momentos más duros de su vida, la muerte de su madre quien tres años atrás había perdido a su hijo mayor y desde entonces, había caído en una profunda tristeza.

“Fueron momentos muy difíciles y creo que mamá no aguantó la presión porque lamentablemente, era el segundo hijo que perdía. Mi hermana mayor había fallecido de tosferina a la edad de un año, eso la impactó demasiado”. refirió Gilberto. Después de despedir a su madre, la que había sido un faro en todo su proceso académico, emprendió un nuevo camino al lado de su padre, don José María Abril González, quien, hasta entonces, se había dedicado a tallar la piedra. Se radicaron en Bogotá. En ese tiempo, ya Gilberto había logrado perfilar su vocación de escritor a tal punto, que logró vincularse con la revista Agricultura en las Américas.

En 1974 escribió su primer libro intitulado Poesía Colombiana el cual fue publicado por la editorial Acción Cultural Popular (ACPA); en 1975 la edito rial mexicana Siglo XXI le publicó una antología cultural intitulada Antología Joven de Colombia y, en el año 1976, el escritor colombiano Fernando Soto Aparicio, siendo director del ICBA le publicó el libro Cuentistas boyacenses contemporáneos.

Para entonces ya estaba macando la pauta en la literatura nacional, fue ahí cuando le invitaron a un encuentro de escritores latinoamericanos en Venezuela, su visita a ese país le deslumbró y poco tiempo después, con el apoyo de un familiar que le tramitó la visa, se radicó allá. Inicialmente vivió en la Victoria Estado Aragua y por años trabajó en el rescate y difusión de la literatura como presidente de la Asociación de escritores victorianos, entidad que fundó en 1984.

Entre tanto, Gilberto se vinculó con la Universidad Nuevo Pacto Internacional (UNPI) de donde se graduó como Licenciado y Magister en Teología y, hacia el año 1999, se graduó como doctor en Humanidades de la Universidad lnteramericana de Ciencias Humanísticas de Buenos Aires, Argentina.

Su gestión para la difusión literaria logró atravesar continentes, fue así que consiguió liderar por años, un convenio mediante el cual, personas provenientes de Guinea Ecuatorial (África) accedieron a la educación superior en Venezuela. Esta labor la realizó siendo director del Instituto de altos Estudios de África de la Universidad de Yacambú en Venezuela, luego de haber sido invitado por el gobierno de Guinea para intercambiar conocimientos académicos.